Faltan pocos días para que comience el taller Cómo construir un personaje de no ficción a cargo de Leila Guerriero. La demanda fue altísima y los cupos se terminaron en muy pocas horas. Hoy Leila se encuentra en Madrid y desde allí respondió tres preguntas acerca del arte de perfilar, para Fundación Tomás Eloy Martínez.
¿Qué tiene un personaje de no ficción que jamás tendrá un personaje de ficción?
En verdad, no creo que poner las cosas en esos términos -la ficción en una orilla, la no ficción en la otra- resulte interesante. Me parece, más bien, que no sólo no resulta interesante, sino que resulta contraproducente: es como poner a competir la poesía con la novela, el cine de ficción con el documental, el jamón de jabugo con la comida tailandesa. ¿De verdad nos preguntaríamos qué es lo que tiene la comida tailandesa que el jamón de jabugo nunca tendrá? Para mí resulta tan inolvidable el señor Frank Bascombe -el protagonista de varios libros del autor norteamericano Richard Ford- como el señor John Laroche -el protagonista de El ladrón de orquídeas, de Susan Orlean-.
¿Podés nombrar dos o tres perfiles que te hayan quitado el aliento, y contarnos por qué te quitaron el aliento?
Estoy lejos de casa y para responder esta pregunta tendría que mirar con más atención mi biblioteca. Seguramente algo de David Foster Wallace; seguramente “¿Duerme usted desnuda?”, de Rex Reed. Seguramente un texto maravilloso y pequeñísimo que escribió Juan Forn acerca del escritor Barry Hannah, cuando Barry Hannah murió. Seguramente, en la misma línea, alguno de los bellísimos mini perfiles que ha hecho Mariana Enríquez en los últimos años, en el suplemento Radar, que describen en dos pinceladas vida y obra de seres que van desde la cantante Adele hasta el actor Joaquín Phoenix.
Como editora, ¿cuáles te parece que son las debilidades recurrentes que has encontrado en los perfiles que te ha tocado leer a lo largo de los años?
Creo que lo primero que debe hacer un editor es callarse la boca, sobre todo en público, y sobre todo acerca de las debilidades recurrentes -si las hubiera- de sus posibles editados.