La Fundación Tomás Eloy Martínez participó de la Noche de las Librerías a través de un encuentro con Leila Guerriero, María O´Donnell y Reynaldo Sietecase. Rodeados de una enorme cantidad de público, los tres periodistas (también, reconocidos cronistas) conversaron el sábado 12 por la tarde sobre las características de los textos que escriben, sus abordajes y sus posibilidades. La mesa -que se realizó en el Living Fontanarrosa, ubicado en Corrientes al 1300- se denominó “Libro periodístico: otro diálogo con la información” y fue coordinada por el periodista y editor Juan Pablo Bertazza.

Tras la presentación a cargo de Victoria Rodríguez Lacrouts, directora ejecutiva de la Fundación TEM, Bertazza consultó a los cronistas sobre sus primeros acercamientos a los libros de investigación periodística. Ésta fue la pregunta inicial de un cuestionario que a lo largo de una hora invitó a los entrevistados a dialogar sobre aspectos diversos. Entre ellos, cómo es el proceso para que una nota periodística se transforme en libro, cuáles son los recursos narrativos adecuados para cada texto, el vínculo con el mercado editorial e incluso, el alcance que puede tener una investigación periodística al momento de colaborar con la justicia.

Guerriero señaló a Operación Masacre, de Rodolfo Walsh, como un texto fundamental para el periodismo narrativo argentino. “Este libro operó como un referente de escritura porque Walsh hizo algo sumamente novedoso: inventar una forma de abordar la investigación que hasta entonces no estaba tan transitada. Esto es, contarla con tensión narrativa, con un modo singular de describir los personajes; es decir, con recursos narrativos hasta entonces más utilizados en otros géneros”, afirmó. Sietecase estuvo de acuerdo. Incluso señaló que el libro de Walsh antes de A Sangre fría, de Truman Capote “o sea que fue Walsh quien inventó la no ficción en vez de Capote, como se sugiere habitualmente”. En ese contexto, ubicó la obra de TEM y señaló: “Además de ser un referente como escritor, es un referente ético insoslayable”.

A continuación, O´Donnell afirmó que a ella la marcaron más los libros de TEM que Operación Masacre. “La novela de Perón, Santa Evita aunque ahí haya más ficción que no ficción y La pasión según Trelew fueron los libros que más me enseñaron sobre periodismo narrativo”. Y agregó: “Cuando estaba escribiendo Born (su libro sobre el secuestro del empresario que llevó a cabo Montoneros) lo extrañé un montón a Tomás. Me hubiese encantado charlar con él algunas cosas porque me parece que es EL referente después de Walsh. Y me parece que aún el aporte de la obra de Tomás al periodismo narrativo no está lo suficientemente apreciado. Es que quizás por la calidad de sus cuentos y novelas, para un grupo muy grande quedó referenciado como autor de ficción”.

Al momento de diferenciar el material que se requiere para escribir una nota extensa de aquel necesario para un libro, Guerriero dijo: “Un libro tiene que ser capaz de sostener tu entusiasmo como escritor durante una lapso prolongado. Una nota es más como un amor pasajero. En ambos casos, eso sí, es necesario poner mucho trabajo y dar lo mejor de vos. Pero un libro requiere un compromiso mayor en cuanto a que seas capaz durante tres o cuatro años de perderte descansos, feriados, días de guardar, cumpleaños del sobrino, del hijo, etcétera, trabajando una historia en la que creés por su capacidad de trascendencia”.

Sietecase reconoció que en los últimos años está más interesado en la ficción que en la no ficción si bien su último libro publicado en 2012 es Kamikazes, sobre claros y oscuros de la etapa kirchnerista. En ese sentido, contó que fue TEM quien le dio una clave de escritura para abordar su novela Un crimen argentino, finalmente editada en 2002. “Una vez fui a cubrir un motín a la cárcel de Coronda, en Santa Fe, donde estaba alojado un abogado penalista que había matado a otro hombre metiéndolo en ácido sulfúrico. El personaje me resultó fascinante y al tiempo escribí un perfil largo sobre él en un taller de la Fundación Nuevo Periodismo, donde Tomás era maestro. Cuando hicimos la lectura final, me dijo: ‘Antes de que le haga una devolución, le quiero decir algo: usted tiene ahí una novela’. Yo lo miré y dije: ‘Bueno, sí, puede ser una buena historia’. Y él me respondió: ‘No le dije que la puede escribir, le digo que es una novela’. ¿Qué quiero decir con esto? Que escribir un libro es como pescar. De pronto el pez pica, pero hay que tener capacidad de sacarlo. Lo que le debo a Tomás es eso, decirme que ahí había una novela y darme coraje para que la escriba”.

O´Donnell reconoció que Born fue su libro más demandante en términos de escritura. “A mí me sale mejor la investigación periodística que la escritura en sí. Y en este caso, reescribí Born tres veces y cada vez me iba dando cuenta qué parte sobraba, dónde era necesario corregir, ese tipo de cosas. Porque escribir es reescribir. Me refiero a que en el caso de un libro periodístico, la escritura no es el proceso final sino que es el proceso fundamental, que debe ir acompañando la investigación”.

Guerriero -autora de varios libros; entre ellos, Los suicidas del fin del mundo, publicado en 2005 y de Una historia sencilla, publicado en 2013- afirmó: “Me parece que el concepto de verdad muchas veces se malentiende en el periodismo. Yo creo que todo texto de ficción o de no ficción es subjetivo. Pero eso no quiere decir que alguien pueda decir lo que se le ocurra. Si alguien ve aquí un pelotón de granaderos a caballos probablemente haya tomado una droga psicotrópica porque acá no hay eso. Eso es la alteración del dato que no está. Creo, por el contrario, que los periodistas tenemos que tener amor al dato”.  También señaló que el desafío de la escritura es “armar ese collage de datos dispersos que uno va recolectando desarmado y lograr que el texto final le importe al lector tanto como le importó a uno escribirlo”. Para eso, consideró que es importante que cada periodista de no ficción encuentre su tono, su modo de decir, su estilo. En ese marco, “a la hora de escribir es importante lograr que el fondo y la forman estén imbricados, no se puedan despegar y den como resultado un texto sólido al servicio de la historia que se cuenta”.

Texto: Ivana Romero
Fotos: Verónica Martínez

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