“El derecho de matar”, de Editorial Funesiana

Se autodenominan las tres editoriales más chicas de Latinoamérica. Con libros fabricados a mano, impresos en fotocopias, diseñados y cosidos por ellos mismos, estas tres editoriales argentinas constituyen un circuito alternativo de autogestión y autodistribución. Alejados de editoriales propiamente cartoneras, emulan ciertos procedimientos a la hora de componer los libros. Los responsables de estos proyectos, Lucas Oliveira (Editorial Funesiana), Walter Lezcano (Editorial Mancha de Aceite) y Gonzalo Geller (La Gota Ediciones) hablaron con la Fundación TEM sobre las editoriales que llevan adelante desde hace varios años.

La edición permanente

“La onda es intervenir. Tratar de contaminar algún espacio, por más pequeño que sea, para no sentir que mi destino lo escriben otras personas. De eso se trata escribir, de eso se trata la literatura. Y también la docencia”. Así comienza uno de los tantos textos de Walter Lezcano que compilan el primer libro editado por Mancha de Aceite, una editorial afincada en el barrio de San Francisco Solano, al sur de la Provincia de Buenos Aires, llevada adelante por el mismo Lezcano, Patricia y Silvia Giménez. Ese comienzo podría funcionar, también, como premisa de las tres proyectos: Intervenir, contaminar un espacio, que en todos los barrios funcione un foco editorial que permita darle visibilidad a autores que no la tienen. Confluyen en ellos varios objetivos que vertebran el trabajo minucioso de estos emprendimientos: Dar a conocer autores inéditos, trabajar a la par de él, dignificar el trabajo del escritor, no cobrar por editar, establecer un criterio de selección de textos basado en la calidad y, paradójicamente, popularizar la literatura.

“Historias para leer en el baño”, de La Gota Ediciones

“Todo comenzó por la necesidad”– La Gota, la primera editorial más chica de Latinoamérica

Gonzalo Geller es, además del editor de La Gota Ediciones, escritor, ilustrador, humorista gráfico, dibujante y docente. Su proyecto editorial quedó bautizado en honor al trabajo: la imposibilidad de publicar en medios tradicionales lo llevó a autoeditarse. El otro Gólem, su primer libro, en una tirada de 12 ejemplares, fundó su pequeña editorial. “En Santa Fe, mi ciudad, no hay editoriales en el sentido tradicional del término. Tampoco las hay independientes. Publicar resultaba muy difícil. Cuando se vendió la primer tirada de mi libro, decidimos publicar un poemario de Candelaria Rivero, mi novia. Todo comenzó por la necesidad de publicar”, asegura Geller. Sin embargo, a pesar de contar con más de 20 títulos en el catálogo y 5 años de trayectoria, la idea de editorial no sobrevuela en el panorama de La Gota. El ideólogo de esta iniciativa santafesina afirma desde su blog que su propósito es un “proyecto de microediciones independientes. No somos una editorial tradicional: editamos a autores inéditos pero en pequeña escala, a nivel local, ahí donde las editoriales masivas no pueden llegar. Nos interesamos por autores desconocidos, muchas veces inéditos, y tratamos de hacer llegar su obra al público”.
Este proyecto de microediciones se edifica, por lo general, con tirajes de no más de 12 ejemplares por título (número que la ubica como la editorial más chica de Latinoamérica). Sin embargo, finaliza Geller, “también hacemos libros por encargo, para autores que no quieren pasar por ningún proceso de selección, ya sea porque son para circulación más íntima; o porque consideran que su obra, aunque no entre en nuestro catálogo, está buenísima. En ese caso, sí les cobramos, pero damos la ventaja de hacer tiradas desde 24 ejemplares, que en este tipo de edición resultan convenientes”.

Más información en: www.lagotaediciones.blogspot.com

“Bailanta”, de Editorial Mancha de Aceite

“Siempre se van a gestar proyectos que se adecúen para satisfacer las pulsiones literarias” – Editorial Mancha de Aceite, la segunda editorial más chica de Latinoamérica

Todo surgió como Funes y, como Gonzalo Geller de La Gota, de una necesidad. “Armar una editorial no estaba en nuestros planes. Un día buscando algún concurso de cuentos para mandar algo que había escrito llegué al sitio de La Funesiana (La tercera editorial más chica de Latinoamérica), que proponía enseñar gratis a cualquiera que armara una editorial en su territorio, donde viviera. Me pareció una idea preciosa, porque nunca hubo una en Solano, y además nos daba la posibilidad de dar a conocer a muchos autores de la zona”, dice Walter Lezcano, el editor. A los que se le suman en la tarea de diseño, fotocopiado y confección de libros, Patricia y Silvia Giménez. Por otra parte, Mancha de Aceite ya cuenta con 5 títulos (uno de Philip K. Dick!) y dos de pronta aparición. Ante la pregunta si las editoriales artesanales y emergentes configuran un mercado alternativo, Lezcano asegura que no es un mercado propiamente dicho, sino “una necesidad de mostrar otro tipo de voces que van surgiendo y son hijos, sin lugar a dudas, de este momento histórico”. Y agrega: “siempre se van a gestar proyectos que se adecúen para satisfacer las pulsiones literarias. Por otro lado, las condiciones materiales son las óptimas para que surjan estos proyectos. Con una PC, una impresora y una prensa, te armás tu editorial”. Al igual que La Gota Ediciones, Mancha de Aceite tiene parámetros de edición orientados por el capricho personal: escritos que gusten, que les generen amor por el texto. “El día que no suceda eso, bajamos la persiana”.

Más información en: www.editorialmanchadeaceite.blogspot.com

“Si me gusta, se publica” – Editorial Funesiana, la tercera editorial más chica de Latinoamérica

¿Por qué las grandes editoriales no le otorgan a los escritores jóvenes un lugar en sus catálogos? ¿Por qué hacer tiradas de 500 ejemplares si después, al fin y al cabo, sólo se termina vendiendo mucho menos que la cuarta parte? A diferencia de las dos editoriales anteriores, Funesiana hace 40 ejemplares por título. “Nosotros no salimos a buscar lectores porque no los necesitamos. Ellos vienen porque les interesa”, afirma Lucas Oliveira, el editor responsable de Funesiana. Editorial que puso manos a la obra allá por 2006 con el apoyo de Juan Terranova.
Uno de los propósitos que diferencia a Lucas Oliveira de los demás emprendimientos, es el proyecto Cien Funes Volando: Un quijotesco anhelo de instalar una editorial en cada barrio, ciudad o provincia. Mancha de aceite es un ejemplo contundente de una editorial gestada por Oliveira. Desde el blog, se afirma: “¿Qué pasaría si hubiera otra Editorial Funesiana? ¿Y si hubiera mil? Pongamos cien. Cien es un número imaginable. ¿Qué pasaría? Pensemos en detalle, paso a paso. Primero, habría que enseñarles a encuadernar a cien personas. Esas cien personas tendrían que conocer a diez escritores, cada uno, por lo menos. Escritores que estén dispuestos a publicar sus textos en cada una de las editoriales de las cuáles estamos hablando. Pongamos que tienen un nombre y están numeradas. Son como un grupo intercomunicado, ninguna publica los textos de la otra pero se conocen entre sí, se ayudan, están hechas las unas para las otras”. ¿Existe algún parámetro a la hora de elegir autores? “Si me gusta, se publica. De todas formas, arriesgo muchísimo. Me gusta más encontrar que buscar. Y cuando encuentro lo hago sin “recomendaciones”. Para eso voy muchísimo a lecturas en vivo, leo 20 blogs por día de distintas personas. De hecho, sólo dos títulos de los 15 que tenemos, han sido recibidos. Todos los demás los hemos ido a buscar”.

Más información en www.editorialfunesiana.blogspot.com

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