Marina Mariasch nació en Buenos Aires en 1973. Publicó los libros de poesía Coming attractions (Siesta, 1997), XXX (Siesta, 2001), Tigre y león (Siesta, 2005) y El zigzag de las instituciones (Vox, 2008). El matrimonio (Bajo la luna, 2011) es su primera nouvelle.

Explorando la geografía de las relaciones humanas y estableciendo variaciones sobre su único “objeto de estudio”, el nuevo libro de Mariasch se alimenta tanto de la sociología como del psicoanálisis (¡hasta de la economía!) para rastrillar un terreno donde aparecen el amor, los roles en la política doméstica y los patrones de conducta de las personas que ingresan a ese mundo llamado matrimonio. La autora de Los días negros habló con la Fundación Tomás Eloy Martínez de su nuevo libro.

Marina Mariasch / Foto: Archivo autora

1- ¿Desde cuándo comenzó a interesarse por el matrimonio como tema para su nouvelle?

Me interesa la cuestión del matrimonio como forma de organización social. Empecé a investigar sobre la materia y leí desde El origen de la familia, La propiedad y el Estado, de Friedrich Engels; La estética del matrimonio, de Soren Kierkegaard, hasta Lévi-Strauss y Bertrand Russel, además de toda la literatura de ficción que abordó la temática. En su momento me pareció que había bastante material escrito, pero no encontraba las respuestas a ciertas cuestiones que me importaban particularmente. Por ejemplo, los cambios en las conductas de las personas que ingresaban en la institución como si ésta los obligara a seguir ciertos patrones de conducta. Si bien cada matrimonio es un mundo -y cada familia tiene su singularidad y sus características particulares-, la institución obliga a determinadas cuestiones. Otra de las facetas que me interesó estudiar fue las ambigüedades que surgen, cómo el deseo de ingresar a las instituciones se transforma en deseo de fuga y qué lugar ocupa el amor con respecto al matrimonio.

2- En relación con el tráiler que se conoció con la salida del libro, la trama ambigua y la construcción de personajes anónimos, ¿el propósito del libro fue universalizar el tema del matrimonio?

En el libro está presente la noción de ensayo. Sin embargo, la idea de universalizar tiene que ver con estar coqueteando tanto con el discurso sociológico como con el psicoanalítico, pero siempre corriéndose. Tampoco me siento a la altura de decir que El matrimonio universaliza el tema porque estaría aplastando las singularidades y dando una serie de máximas o definiciones que serían aplicables a un grupo en particular. Me parece que es una disciplina que le excede al texto. Pero sí, creo que hay algo que le roza al libro con eso que me preguntás. El matrimonio es la base de la sociedad capitalista con forma de organización que tiene como fin utilitario que el hombre y la mujer formen parte de un sistema que es funcional al sistema capitalista. Eso genera sofocamiento. No es tanto el amor o la pareja, sino la propia institución la que causa todas esas sensaciones. En el amor se encuentra lo feo, lo difícil, la ambigüedad y la duda. En el matrimonio hay momentos de encuentro y de intención de fuga.

3- En El matrimonio se nota un gran trabajo con el lenguaje. ¿Fue su intención poner el acento en la palabra?

Me cuesta hablar de intención. No porque escriba desde la ingenuidad, pero creo que escribir una narración con acciones no me sale. Me sale (por lo menos en este caso) una prosa más climática. En El matrimonio surgió un trabajo con el lenguaje para crear una escritura de ambiente. Por otro lado, me parece que la intención del libro está en la trama, que está llena de ambigüedades. Ahí sí hay una intención de mi parte, pero no quise dar ni una visión negativa ni positiva del matrimonio. Me sorprende cuando hablan del amor, porque creo que es complejo y abarca lo feo también. Eso está adentro de la relación, y no afuera. Por eso me sorprendo cuando hablan del fin del amor.

4- En una entrevista aseguró que no veía la nueva literatura en Twitter. ¿Podría desarrollar más esta idea?

Lo que me interesa de cada texto es su singularidad. Hay soportes que nos tocaron como generación, pero no hacen a los géneros literarios. Es cierto que en los blogs emergió un tipo de literatura espontánea que puede terminar en un libro. No me interesan tanto los soportes. No creo que haya mejor literatura por eso.

5- En la reseña que hizo la Revista Ñ de El Matrimonio, emparentaron su libro con Las cosas, de Georges Perec. ¿Qué relación tiene con la tradición literaria y sus contemporáneos?

Perec es un escritor que admiro y agradezco la comparación. Un crítico mencionó a Jelinek y una amiga escritora me habló de Teorema, la novela de Pier Paolo Pasolini, que tiene una escritura en presente y taxativa que lo convierte por momentos en un libro ensayístico. En el momento que escribía el libro estuve influenciada por las lecturas teóricas que hice, tanto de filosofía como de ciencia política y sociología. También los textos de economía que retoman la cuestión de la división del trabajo era un tema que me interesaba en relación a los roles dentro de la política doméstica, que son intercambiables. En cuanto a los escritores contemporáneos, me influyó la poesía. Me inspiró mucho más para escribir que la narrativa.

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