Si un maestro es alguien que introduce a otro a conocer la realidad, a tres años de fallecido, Tomás Eloy Martínez sigue enseñando. La fundación que lleva el nombre del escritor y periodista argentino clasificó sus archivos personales y los abrió a la consulta gratuita de universitarios, docentes, periodistas, escritores, traductores o quien la requiera para alguna investigación.

Manuscritos corregidos o salvados del cesto de la basura, correspondencia con escritores, traductores de sus obras o directores de diarios, entrevistas y documentación en las que Tomás Eloy Martínez se basó para escribir sus exitosas novelas y apuntes sueltos entre otros textos permiten conocer otras facetas de este gran exponente del nuevo periodismo y aprender de su método de trabajo.

“Es como ver la trastienda de una obra y para alguien que estudia literatura y crítica genética es fabuloso”, afirmó Ezequiel Martínez, uno de los siete hijos del escritor y presidente de la Fundación Tomás Eloy Martínez (TEM) al presentar ayer a la prensa el fruto de un año de trabajo.

“Como se sabe, mi papá tuvo muchas mudanzas por los exilios y demás, y eso lo obligaba a ir trasladando las cosas de un país a otro”, dijo Martínez, y agregó: “Aún falta traer de los Estados Unidos algunas cosas, como el escritorio que usaba allá”.

“Hubo que tomar varias decisiones sobre qué tocar y qué no del desorden de un autor. No se puede reorganizar todo como le gustaría a uno; debíamos tener un equilibrio entre lo que él dejó y lo que le sirve al investigador”, comentó Ana Prieto, encargada de la clasificación y catalogación que se hizo con un subsidio de la Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo (Aecid) y la colaboración de las profesionales de las universidades de Buenos Aires y La Plata, Vanesa Pafundo, Florencia Buret y Lucía Capalbi.

“El objetivo del archivo es que se convierta en un centro de documentación. La sede de la fundación no funcionará como una biblioteca, pero queremos acercar lo que tenemos a quien le pueda interesar”, sostuvo Margarita García Robayo, directora ejecutiva de esa entidad.

En ese sentido, Gonzalo Martínez, fotógrafo y otro de los hijos del escritor y periodista, está preparando una muestra itinerante con fotos y objetos que pertenecieron al autor deobras destacadas como La novela de Perón , Santa Evita Sagrado y del ensayo Las memoriasl del General, crónica sobre los años 70 en Argentina , entre otras obras.

Entre esos objetos se cuenta la vieja máquina de escribir Remington cuyas teclas tipearon La pasión según Trelew , una de las obras por las que Martínez fue amenazado y debió exiliarse.

“Papá me llamó por teléfono desde el exterior y me pidió que fuera a recuperar esa máquina en el departamento de avenida Santa Fe y Canning. Era 1974. Me acuerdo que fui, la envolví en una tela y la llevé en colectivo. Pesaba una tonelada”, contó Gonzalo, mirando la herrumbrada máquina protagonista de la historia de su familia y de la literatura y periodismo argentino.

Junto a la máquina de escribir está el grabador con el que Martínez reporteó a Juan Domingo Perón y el primer long play Perón por Perón con fragmentos de esas entrevistas que le hizo el periodista al ex presidente.

Podrán verse las páginas de una novela inédita, La mujer de la vida , que no va a ser publicada porque Tomás Eloy Martínez la consideraba “una novela muerta”. Sus herederos respetarán la decisión pero estará disponible para consultas.

Para acceder al archivo TEM hay que comunicarse con el personal de la Fundación TEM ( www.fundaciontem.org ) y combinar una visita a su sede de Carlos Calvo 4319.

Al material digitalizado se podrá tener acceso por medio de una contraseña que se otorgará especialmente al investigador

Martes 28 de mayo de 2013 | Publicado en edición impresa

Por Silvina Premat | LA NACION

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