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Falta muy poco para que comience el taller de cuentos de terror a cargo de la escritora Mariana Enríquez, que consistirá en cuatro clases de lectura y análisis de diez relatos contemporáneos del género. En la charla que sigue, la autora de Los peligros de fumar en la cama cuenta por qué le fascina esa literatura que explora lo siniestro y “provoca reacciones físicas” y que, de a poco, se abre espacio en Latinoamérica.

¿Qué puede aprender un alumno en un taller de cuentos de terror que no aprenderá en un taller de cuentos a secas?
Bueno, yo no soy una especialista en talleres, pero creo que, en general, no se leen demasiados cuentos fantásticos y mucho menos cuentos de terror. Entonces, en primer lugar, “aprenderá” (lo pongo entre comillas) a leer estos cuentos, que son mucho más libres y muchos menos esquemáticos de lo que los lectores que no conocen el género piensan; hay una idea de que el cuento de terror tiene una estructura, un remate, trucos, cuestiones técnicas medio férreas. Y no es así, o no es del todo así. Tiene cosas, para mí, más importantes: climas, ritmos que se relacionan con lo inexorable, maneras de construir lo inquietante, lo siniestro.

La literatura de terror atrae lectores, se vende bien, y sin embargo, pareciera que nadie se dedica a ella en América Latina. ¿Por qué creés que ha sido así? Al mismo tiempo, todas las propuestas de lectura de tu taller pertenecen a autores anglosajones. ¿Por qué en esos países ha sido tan prolífico el género?
Los países anglosajones tienen una tradición literaria fantástica muy amplia: pienso en Macbeth de Shakespeare, en Henry James, en los cuentos folklóricos irlandeses, el gótico, Mary Shelley, Poe, el terror de los años ’50 (Bloch, Matheson, el primer Bradbury), los cuentos de fantasmas tradicionales británicos: es un arco impactante. Nuestros países tienen un folklore y una mitología fabulosas, tanto o más ricas que las anglosajonas, pero no ha sido explorada de forma literaria. No sé bien por qué. Es un tema que tiene que ver con la sociología, con un la Conquista, con un complejo de inferioridad, no lo tengo claro. En cualquier caso: en los países anglosajones el género fantástico en general y el de terror en particular tienen tradición, popularidad y un gran respeto dentro del campo literario; a nadie se le ocurriría decir que Poe es un escritor de género menor o que Frankenstein no es un clásico. Elegí autores anglosajones porque los conozco bien y porque están tan acostumbrados al género que se mueven en él con bastante desprejuicio y poca ingenuidad. El género, sin embargo, está creciendo mucho en América Latina y en España, con algunos escritores extraordinarios como Albert Sánchez Piñol, el autor de La piel fría. Pero todavía es un club pequeño. O el terror aparece desperdigado en obras de autores que no se “especializan”: Cortázar, por ejemplo, escribió muchísimos y extraordinarios cuentos de terror.

 ¿Hay alguna adaptación del género al cine que te haya parecido buena o memorable? ¿Y hay algún cuento o novela de terror que recuerdes que te parezca especialmente ‘cinematográfica’?
Varias. La mejor adaptación tiene que ser El Exorcista, sobre la novela de William P. Blatty que también es buenísima. El bebé de Rosemary me gusta mucho también, especialmente porque la película de Polanski es mejor que el libro de Ira Levin. Aunque a mucha gente le parezca cursi, a mi me gusta el Drácula de Francis Ford Coppola, aunque debe tener el peor casting de la historia del cine –salvo por Gary Oldman. De Stephen King me gustan mucho varias adaptaciones: El resplandor, Carrie, Cementerio de animales, Misery. Psicosis, por supuesto, es una obra maestra. También me gusta Let The Right One In (Déjame entrar) de Thomas Alfredson sobre la novela de John Ajvide Lindqvist y me entretienen las versiones de Poe de Roger Corman. La novela que me parece más cinemattográfica y peor adaptada, diría vergonzosamente adaptada, es Soy leyenda de Richard Matheson.

La semana pasada se cumplió otro aniversario del nacimiento del escritor norteamericano H.P. Lovecraft. ¿Hay algo de sus relatos o estilo que haya inspirado algún ángulo de tu trabajo?
Muy poco. No soy fan de Lovecraft. Tiene algunos cuentos que me parecen extraordinarios, como “El modelo Pickman” y “El ceremonial” y especialmente “La sombra sobre Innsmouth”, pero, en general, ese tipo de terror cósmico no me atrae demasiado. Hay algo en Lovecraft que me resulta muy distante. Sé que para los fans del horror esto es como un sacrilegio pero bueno, tampoco me gustan los Beatles.

 Finalmente, ¿por qué leer terror? O más acotado, ¿por qué ejerce fascinación en vos?
Especialmente porque dentro del género se hace muy, muy buena literatura. Eso es todo, finalmente. Y me gusta la literatura que provoca reacciones físicas y hasta cierto tipo de desesperación, de adicción. El terror lo hace, es un género lleno de entusiasmo, de fans, de gente que está loca, dentro y fuera de las historias.

El taller de Mariana comienza el miércoles 4 de septiembre.
Más información en info@fundaciontem.org

Entrevista: Ana Prieto

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